El procedimiento es muy parecido, en el sentido en que trabajamos directamente sobre el cuerpo energético de la persona utilizando nuestras propias manos y sin que haya contacto físico en ningún momento.

La diferencia más notable es que trabajamos con tres capas diferentes del cuerpo energético humano, cada una de ellas con su propio patrón de puntos y líneas meridianas, lo que nos permite trabajar directamente con diferentes niveles de memorias inconscientes del participante a través de sus respectivas “matrices energéticas”.

Esto nos permite ir realmente muy profundo en las memorias celulares de la persona, produciéndose, muchas veces, sanaciones que pudieran parecer “milagrosas” cuando no se entiende la lógica subyacente al trabajo que estamos realizando. Otras veces se despiertan “dones psíquicos” que estaban latentes. Sea como fuere, siempre es la inteligencia fundamental del participante la que guía cada una de las sesiones y los sucesos que en ellas acontecen.

Otra de las grandes diferencias con respecto al Reiki son las frecuencias de sanación empleadas. Mientras que Reiki y otras modalidades de sanación funcionan con subconjuntos de frecuencias, en la ACU tenemos acceso a todo un nuevo ancho de banda que está presente sobre el planeta desde tiempos muy recientes y que no nos eran accesibles hasta hace algunos años.

Podríamos decir que las frecuencias de sanacion conocidas hasta ahora se comportan como diferentes gammas de color dentro del espectro electromagnético, mientras que las nuevas frecuencias evolutivas empleadas en la ACU ¡son el espectro en en sí mismo! Estamos hablando de unas frecunecias cuyo objetivo es la reunificación y tienden a la convergencia  de todos los puntos dentro de la esfera que es la experiencia humana

¡En la ACU tú eres la antena! ¡Tú eres el Canal! Desde el primer momento aprenderás a sintonizar con todo un  nuevo espectro de frecuencias de sanación.

Aprenderás a sondear con tus propias manos el cuerpo energético del participante, a leer los registros que se producen durante una sesión y a localizar y equilibrar todo tipo de alteraciones electromagnéticas.

La tecnología más avanzada en el mundo de la sanación es tu propio cuerpo.

La Reconexión es la base de nuestro trabajo y las frecuencias de sanación empleadas son las mismas, pero al abordaje es completamente diferente, ya que hemos incluido en nuestro proceso de reconexión el trabajo con la red de meridianos clásicos, tal como se describe en “Las Claves de Enoch” de J.J. Hurtak obteniendo, como resultado, un sistema mucho más profundo y completo que la propia Reconexión.

En la ACU empleamos mapas de meridianos que “tomamos prestados” de la Medicina Tradicional China y el Taoismo, pero nuestro enfoque es totalmente diferente.

Principalmente porque activamos los puntos y meridianos a través de una interacción puramente energética. En segundo lugar, porque vamos más allá de los meridianos tradicionales, activando un nuevo patrón de líneas axiatonales, lo que nos permite hacer un abordaje integrativo y global de todo el cuerpo energético.

Tampoco nos enfocamos en el tratamiento de patologías concretas, como sucede en la acupuntura, sino que recalibramos la totalidad del entramado de meridianos clasicos acondicionándolos para la entrada de las nuevas frecuencias a las que accedemos a través de la ACU.